Instala el servidor en un rack o gabinete diseñado específicamente para este propósito. Asegúrate de que el rack esté bien asegurado para evitar caídas.
Coloca el servidor en una sala dedicada con acceso controlado para minimizar riesgos de manipulación no autorizada.
Mantén el servidor en un ambiente con temperatura controlada (idealmente entre 18 °C y 27 °C).
No obstruyas las salidas y entradas de aire del servidor ni del rack. Verifica que los ventiladores estén funcionando correctamente.
Utiliza sistemas de enfriamiento especializados si operas en entornos con alta densidad de servidores.
Conecta el servidor a un sistema de alimentación ininterrumpida (SAI/UPS) para protegerlo contra cortes de energía y picos de voltaje.
Verifica que la corriente eléctrica sea estable y esté dentro de los rangos especificados por el fabricante del servidor.
No uses enchufes sobrecargados ni extensiones no diseñadas para equipos de alto consumo.
Usa herramientas antiestáticas, como pulseras o tapetes, al manipular componentes internos del servidor.
Evita tocar directamente los componentes sensibles, como la memoria RAM o las tarjetas de expansión, sin la protección adecuada.
Organiza los cables de alimentación, red y periféricos para evitar tropiezos, tirones o desconexiones accidentales.
Inspecciona periódicamente los cables para asegurarte de que no estén dañados o desgastados.
Protección contra humedad y polvo
Mantén el servidor en un ambiente seco, con niveles de humedad controlados (40%-60% es ideal).
Realiza limpiezas regulares para evitar la acumulación de polvo, especialmente en ventiladores y conductos de aire.
Mantenimiento y monitoreo regular
Inspecciona regularmente el hardware para identificar posibles problemas, como discos duros defectuosos, sobrecalentamiento o fallos de ventiladores.
Implementa un sistema de monitoreo que alerte sobre fallos en tiempo real, como temperaturas elevadas o inestabilidad en el sistema.
Protección contra incendios
Asegúrate de que la sala de servidores esté equipada con detectores de humo y sistemas de extinción de incendios adecuados para equipos electrónicos, como sistemas de gas inerte o extintores de CO₂.