Utiliza una funda protectora resistente para proteger tu smartphone de caídas y golpes. Un smartphone sin protección es más vulnerable a daños en la pantalla, batería o componentes internos.
Siempre usa cargadores y cables originales o certificados para evitar el riesgo de sobrecalentamiento, cortocircuitos o daños en la batería del smartphone. Los cargadores no certificados pueden dañar el dispositivo y aumentar el riesgo de incendio.
Evita el uso prolongado del smartphone en condiciones de alta temperatura, como bajo la luz directa del sol o cerca de fuentes de calor. El sobrecalentamiento puede dañar la batería y los componentes internos del dispositivo.
No utilices el smartphone en lugares muy húmedos, como en la ducha o cerca de agua. Aunque muchos smartphones modernos tienen resistencia al agua, no es recomendable exponerlos a líquidos innecesariamente, ya que la resistencia al agua no es una garantía total.
Descarga aplicaciones únicamente de fuentes oficiales como Google Play o la App Store. Las aplicaciones de fuentes no oficiales pueden contener malware o virus que pueden poner en riesgo tu seguridad y privacidad.
Siempre mantén tu smartphone bajo vigilancia. No dejes tu teléfono en lugares públicos o poco seguros, ya que puede ser robado. Además, asegúrate de bloquear la pantalla cuando no lo estés usando.
Evita mantener el smartphone cerca de tu cuerpo durante largos períodos de tiempo, especialmente cuando está encendido o en uso. Si bien no hay evidencia concluyente de que los teléfonos móviles causen daño, es recomendable minimizar la exposición a la radiación.