Coloca las baterías en un lugar seco, fresco y bien ventilado, lejos de fuentes de calor, humedad o agua. Las temperaturas extremas pueden reducir la vida útil de la batería y poner en riesgo su funcionamiento.
No sobrecargues la batería más allá de su capacidad máxima recomendada. Un exceso de carga puede generar sobrecalentamiento, fuga de ácido o incluso explosión.
Asegúrate de conectar las baterías respetando la polaridad correcta (positivo y negativo). Una conexión incorrecta puede dañar la batería, el inversor o causar un cortocircuito.
Reemplaza las baterías cuando lleguen al final de su vida útil o cuando muestren signos de daño, como hinchazón, fugas de ácido o una reducción significativa en la capacidad de carga.
Si las baterías están dañadas o presentan fugas, evita el contacto con el ácido o material corrosivo. Usa guantes y gafas de seguridad al manipular baterías dañadas.
No intentes abrir las baterías ni realizar reparaciones por tu cuenta. Si la batería está defectuosa, contacta con un técnico especializado para su reemplazo o reparación.
Mantén las baterías fuera del alcance de niños y mascotas, ya que pueden ser peligrosas si se manipulan incorrectamente.
Asegúrate de que las terminales de las baterías no entren en contacto con objetos metálicos o materiales conductores que puedan causar un cortocircuito.
Si detectas un daño importante o una fuga de ácido en las baterías, desconecta inmediatamente el SAIS de la corriente y de cualquier dispositivo conectado, y sigue las instrucciones de seguridad del fabricante para su manejo adecuado.